24 septiembre 2007

Cuentacuentos 46: Incluso el que...

Incluso el que menos te lo esperas podría ser el día que cambie tu vida.
Puedes pensar que va a ser un día normal, y sin embargo con el transcurrir de las horas, yo te quitaré la razón, te demostraré que no hay días normales.

Piensa en tu día, en lo que has hecho hoy.

Te has despertado y no has caído en la cuenta de que hoy empieza el otoño. ¿Ves? Un pequeño detalle que lo hace diferente del rutinario día de ayer.

Aunque tienes razón, que hoy haya cambiado la estación no tiene por qué ser tan importante, o quizá sí, nunca cometas el error de despreciar las cosas que te parezcan poco relevantes, porque a veces son justamente esas las que más importan.

Luego te has duchado, y tus ojos no han sabido ver el juego de las gotas deslizándose por la mampara, has desayunado sin saborear realmente lo deliciosas que estaban las tostadas y como cada día, has ido a trabajar.

En el metro, perdido en tu rutina, no has visto como una pareja de jubilados, ambos de pelo blanquísimo, se miraban a los ojos con la misma expresión de amor con la que lo hicieron el día de su boda.

Al salir del vagón, no te has dado cuenta de que como casi cada día, una chica preciosa se tropezaba "accidentalmente" contigo, y ¿sabes qué? ella podría haber cambiado tu vida.

Caminando hacia el trabajo ni te has fijado en el chico que en medio de la calle se arrodillaba y le pedía a su novia que se casase con él.

Has pasado por esa cafetería sin mirar hacia adentro, y por eso no has visto a aquel amigo de la facultad del que hace tanto que no sabes, una pena, tu vida habría cambiado de haber entrado a saludarle.

Te has perdido la mirada de gratitud de ese vagabundo de la esquina, cuando la florista de enfrente le ha llevado café caliente.

Y por supuesto no has visto a dos pajarillos levantando el vuelo a tu paso.

Antes de entrar en este edificio no has hecho caso a esos niños que te gritaban que les pasases el balón, y aunque no te lo creas, ellos podrían haber cambiado tu vida.

Si lo piensas bien, la vida rutinaria de la que te quejas, sólo lo es porque no sabes mirar a tu alrededor en busca de los pequeños milagros de cada día.

Es una pena tener que demostrarte que cuando menos te lo esperas, te has quedado sin tiempo para disfrutar de todas esas cosas.

Si te hubieses parado a hablar con la chica del metro, no estarías aquí, la habrías invitado a un café, y habrías llegado tarde a la oficina.
Si hubieses entrado a saludar a tu amigo, habrías sabido que busca trabajo, y le habrías acompañado a la oficina de recursos humanos de tu empresa.
Si hubieses pasado el balón a esos niños, la recepcionista se habría fijado, y te habría hecho algún comentario divertido y no habrías llegado a tiempo al ascensor.

Cualquiera de esas tres cosas habría cambiado tu vida.

El marido de aquella mujer que fue asesinada el primer día del otoño del año pasado, no se habría encontrado con el abogado defensor del asesino.

Y no te habría podido pegar un tiro antes de suicidarse.

Me da pena saber que todas esas cosas habrían podido salvarte y no haber podido hacer nada, porque al fin y al cabo yo solo observo, sois vosotros los que decidís vuestro destino.


(Gracias JT!!!!!!!)

16 comentarios:

Klover dijo...

Hola nena!

Menudo giro más inesperado al final! Me ha gustado...pensaba que se iba a quedar así...en un intento de abrirnos los ojos ante los pequeños detalles que endulzan la vida...pero veo que has ido bastante más allá...

Un besote enorme! Me alegro que hayas escrito :)

Laura Luna dijo...

Muchacha, has resumido en este texto toda mi filosofía :) La belleza y la felicidad está en los pequeños detalles cotidianos que no sabemos apreciar.

En cuanto al giro final, muy impactante ;)

Besitos y felicidades,
Mun

Marisela dijo...

eSO ES LO QUE YO SIEMRPE ME digo a mi misma y a los demás, los pequeños detalles de cada día, hacen que todo cambie a tu alrededor y que conozcas el verdadero significado de la felicidad. Pero jolín!! A tu prota, le iba en ello algo más que una sonrisa....
Buenísimo y sorprendente como de costumbre.
Besos.

Luz de Luna dijo...

El caso es que me estaba hasta convenciendo. sip.

pero...ese final...es la leche.

Besitos.

wannea dijo...

Jo- der.... madre mia, y yo pensando que me estaba perdiendo tambien mil cosas de mi vida y luego me saltas con ese final estupendo! ufff, que de estrés, me he quedado en plan... ¿¿como?? jajajaja
una unica pega y es que me he perdido un poco cuando empiezas a hablar de la mujer que se murió en otoño, pero será porque venía pensando en el hombre solo... bessos!

Pedro dijo...

Vaya yo pensando que alguien (amigo, familiar, la vida) le estaba regañando para que cambiara de stilo de vida... la verdad es que me encantan este tipo de giros y has conseguido sorprenderme.
Tendríasmos que preguntarnos cuantas cosas nos perdemos por ir demasiado acelerados o ser demasiado rutinarios...

Un abrazo,

Pedro.

Popi dijo...

Oleeeeee! Lo mejor el giro del final, sin lugar a dudas. Un buen juego de malabares. En cuanto a la rutina... yo soy de los que piensan que todo está escrito y aquello que haces era lo que tenía que ocurrir, y cambiarlo no conduciría a nada, sino a la misma muerte pero de otra forma, algo así como la peli esa de Destino final( la primera, la primera...:p. Es algo raro d e explicar, una especie de que tú eres quien escribe el destino pereste ya está escrito de antemano. Vamos, que somos pequeños dioses, o enormes, según se mire. Eso sí, soy un hooligan de las pequeñas cosas de la vida;con ellas, la rutina es mas divertida.

Queralt dijo...

Qué bueno. Qué buena idea, qué bien contado. Me encanta. Además, dices una verdad tan grande...
Tan real y tan contundente como la historia de cualquiera de nosotros, cualquiera, mientras pensamos que estámos inmersos en la rutina y la monotonía y que nuestros días pasan sin pena ni gloria, sin cambiar y sin influir ni para bien ni para mal.. ¡qué equivocados estámos y qué bien nos lo has contado para que reflexionemos! Gracias amiga...
Y gracias también por tu amable comentario, pensé que no le gustaría a nadie, jejejje

Besos con olor a cereza.

Queralt.

Pugliesino dijo...

Lo dicho, no diga Carabiru! diga final apoteósico!!!
Parecería mal por mi parte decir que escribes finales antológicos, pero es que no olvido que no existirían dichos finales sino hubiera un principio que diera pie a una historia que leeríamos y que nos creeríamos que lo que estamos leyendo sería la historia en sí y sentiríamos que ya la tenemos dominada y aventuraríamos no ya solo que va a pasar sino como va a terminar.
Pero....
es que no hay que olvidar que es un final carabiruliniense!!!!
Y cualquiera podría ser el final :)
a cual mas sorprendente!!
Genial.
Un abrazo!

Juan Tamenela dijo...

No sabes la de veces que pienso yo en ese tema, la de veces que pienso que cualquier tontería que haga pueda influir en el devenir de mi vida.

Precioso, de verdad.

M88 Bicos

mismilcosas dijo...

Ufff he llegado ahora a la historia!!! mejor me leo poco a poco todo lo de antes y asi pillo el hilo no? aunq ahora no tengo tiempo con el proyecto... q rollo!!1

Muas

Anónimo dijo...

Ya echaba yo de menos leerte, y esto... esto es una maravilla que está genialmente escrita! ;)

Besos y escribe pronto!! :P

Anónimo dijo...

iba a decir: que bello cuento. pero al leer el final pensé: que cuento genial!!!

sevemos

Klover dijo...

Seguramente ya lo sepas (a lo mejor ya lo has visto tú o alguien te ha avisado) pero esta semana ha salido tu frase (la de la mancha de vino) y como no te vemos el pelo por el foro últimamente pues...aquí estoy corriendo la voz...^^

¡Desaparecidaaa!

¡Un abrazo!

begusa dijo...

Quizá sea mejor así, porque si hubiera hecho alguna de esas cosas.. puede que hubiera cambiado mi vida... y eso... esos a veces asusta demasiado.

Anónimo dijo...

Gran historia, nos recuerda lo frágiles que somos como una pequeña serie de coincidencias hacen que todo cambie.
Gracias por tus historias.