13 agosto 2007

Cuentacuentos 43: Nada más despertar...

Nada más despertar, se gira y lo descubre a su lado.
Sonríe.

Un rayo de sol ilumina la ventana, y la luz dibuja cuadraditos luminosos en las sábanas blancas y en su cara.
El sol de la mañana hace que la habitación blanca reluzca desdibujando cualquier sombra que pudiese estar oculta en un rincón.
La única nota de color son unas rosas amarillas.

Sus dedos aparecen por debajo del edredón y acarician los contornos de lo que ve a su lado.
Con cariño.

Apenas se mueve, concentrada en lo que está viendo, sus dedos trazan líneas, con cuidado, como si tuviese miedo de que un movimiento brusco pudiese romper en mil pedazos el momento que está viviendo.
Vuelve a sonreír.

Sus labios se mueven, aunque a penas se escucha más que un murmullo.
Parece una canción.
Una nana.

Fuera, en el alféizar de la ventana se posa un jilguero.
Mira curioso hacia el interior de la habitación, y empieza con su concierto matutino, llenando la habitación con sus trinos.

Sonríe por tercera vez, pero sigue sin moverse, y en sus ojos parece faltar algo.


Desde fuera de la habitación, a través del cristal de la puerta, dos hombres la contemplan.
Uno, con barba descuidada, y mirada triste, el otro, con bata blanca y un expediente en la mano.

- Parece tan feliz, Juan.
- Ya, pero su felicidad es producto de su fantasía.
- ¿Sigue con sus delirios?
- Cada mañana lo mismo, despierta "viendo" a vuestro hijo a su lado, le acaricia, le canta...
- La echo tanto de menos...¿Se curará algún día?
- Ojalá pudiese decirte que sí, Luís, de veras, pero no lo sé, el shock de verlo morir fue demasiado fuerte.

Baja la cabeza, derrotado. El doctor le pasa el brazo por los hombros y le abraza.

- Tienes que ser fuerte, hermano.

Se alejan por el pasillo.

- Ese pájaro...
- Cada mañana desde que la trajiste aquel día, viene a cantar a su ventana.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas historias siempre me dejan un sabor triste, porque sabes que ya nada podrá volver a ser lo mismo...

Y da rabia que la cabeza deje de funcionar y de un día a otro todo cambie de color sin previo aviso.

1 besito
Jara

Anónimo dijo...

¡Otia, que triste... se le fué la olla!...de eso no está libre nadíe. Besitos.

Luz de Luna

Anónimo dijo...

Yo no creo que se le fuera la cabeza. Cada uno reacciona de diferente manera y emplea su fuerza interior de distinta forma. El tiempo lo cura todo o nos adaptamos de alguna manera.
Cuando alguien se va, yo pienso que hay que hablar de la persona que queremos y que tanto ha significado en nuestra vida. Otros (la mayoría) evitan hablar de la persona que ha muerto para no avivar el dolor. El dolor creo yo que lo aviva quedarse con las cosas dentro y cantar es un modo de recordar y chillar al mundo lo que echa de menos a ese ser que se nos ha ido.
Triste, pero real y bien escrita como a mi me gustan las historias.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Qué triste y precioso a la vez niña. Desde luego ver morir a un hijo debe ser tan tan duro como para hacer enloquecer a una madre o a padre.

El toque final te ha quedado sublime, como siempre. Que quepa la posibilidad de que el hijo se reencarnara en ese jilguero le da un toque mágico a la historia, un toque de esperanza abrumadora.

Ella vive feliz, pensando en que su hijo está ahí, con ella. Eso es lo que importa.

Te ha salido una historia preciosa niña, me ha gustado mucho mucho.

Un abrazo!!

Anónimo dijo...

¿Sabes que te digo? que yo creo que merece la pena que el mundo entero piense que estás loca si a cambio tienes a ese jilguero en tu vida.
Y tal vez aquí la menos cuerda sea yo, pero detrás de ese pajarillo se esconde mucho más (no diré nada más, no sea que a alguien se le olvide encender la luz, como dice Oski... jejeje).
Adoro como escribes y esto es una pequeña maravilla. Pequeña porque no llena 500 páginas, no por nada más...

P.D. Ayer me volví a leer tu historia con mi primera frase. Es otra pequeña maravilla y tú cada vez escribes mejor. Ante las pruebas me remito!

Mil millones de besotes, de aplausos y de gracias!! ;)

Anónimo dijo...

Es hermoso, aunque duele la pérdida de la pareja. ¿Qué tiene de malo la "locura" si así duele un poco menos?

Me ha encantado ^^

Klover dijo...

Has contado algo que no pod�a ser m�s triste con mucha delicadeza y dulzura. La mente humana es en cierto modo un misterio y a veces se reacciona creando una fantas�a que nos protega del dolor. Quiz� no vuelva a ser la de antes pero al menos es feliz en su fantas�a, algo es algo. Y quiz�el jilguero sea la forma que tiene el desaparecido ni�o de hacer acto de presencia. Me voy de aqu� triste pero sabiendo que he leido un buen relato Hasta la pr�xima carabirutasdechocolate!jeje ^^ un besote!

Yo antes no era maniática con los acentos...jiji...los quitaría para que no salieran esos cuadraditos raros pero...algo en mi interior (ortográfico ^^) se resiste...así que otro comentario con cuadraditos y símbolos raros...:)

Laura Luna dijo...

Estoy de acuerdo con Klover. Has podido describir esa situación tan triste con una dulzura muy personal. Todo un logro ;)
Bisoux,
Mun

Patri dijo...

Es un relato que me ha emocionado, simplemente divino.

Besotesssssssss

Pedro dijo...

Has descrito muy bien esa tristeza tierna de los desastres que afectan a las buenas personas que no se han podido evitar y no son culpa de nadie.¿Y quien esta loco y quein no? Es más... ¿Quien esta mejor él o ella?


Un abrazo,

Pedro.

Pugliesino dijo...

Ellos contemplan tras el cristal abatidos la escena, y de pronto reparan en aquel paxarín, pero si tan solo por un momento creyeran..
Que bien llevas la historia, como la conduces, como nos conduces por ella a traves del zoom imaginario que la va proyectando hasta el hueco de la puerta. La ternura inmortal de una madre, la desesperada espera de él, todo la escena y en ella ese "intruso" tan especial, ese angel en forma de pajarillo. El diagnóstico de una cosa, lo demás? es ya cuestión de creer
Lo que si yo creo es que has escrito un relato maravilloso.
Un abrazo

atenea dijo...

Ayyyyyyy estos finales tuyos... con lo bonito que era todo al principio y mira tú por donde no es sólo una historia preciosa pero también muy muy tristona... a mí el que me da pena de verdad es el padre que se da cuenta de lo que ocurre en el "mundo real", ella sólo se evade para no sufrir, que una madre pierda a su hijo tiene que ser el golpe más duro de su vida...

Tus historias nunca defraudan, me encantan estos finales nada previsibles (eso voy diciendo por los blogs, pero es totalmente cierto!)

Muakssssssss y gracias por pasar a leerme!!!!

Anónimo dijo...

Uy! me dormí, era coña! que bien cuentas los cuentos,salu2.

Anónimo dijo...

este de verdad está muy pero que muy bueno... siempre dando vuelta la historia al final, pero lo hacés de maravilla.

lo que más me gustó fue el detalle del jilguero... quien oye cantar uno en su ventana en las mañanas puede pensar que todo está bien afuera. cuando vivía en salsipuedes tenía ese placer casi todo el año.

sevemos

Sara dijo...

Que bonito!!Me has emocionado, el principio es buenísimo pero luego lo rematas con ese final tan...tuyo:)
Nunca dejarás de sorprendernos. Me encanta la dulzura con la que describes la escena, es perfecta
Un beso
Pd.Voy sin tiempo para nada :S la semana pasada te leí pero no pude comentarte, me encantó la historia, como siempre :)

chapete dijo...

no tengo yo el cuerpo pa estas historias...


chauuuuuuuuuuu