23 julio 2007

Cuentacuentos 40: Le temblaban las manos cuando tuvo que elegir


Le temblaban las manos cuando tuvo que elegir
cual de las dos llevarse.
Y además notaba como estaba empezando a sudar copiosamente, como siempre que se convertía en el centro de atención de un grupo de más de cuatro personas.
Y allí, para su desdicha, había unas siete personas pendientes de la elección que iba a tomar.

Había entrado tranquilo porque no había nadie en el establecimiento, y el pedido que tenía que hacer era de lo más sencillo. Solo debía decir qué deseaba llevarse, que lo cogiesen de su anaquel, lo envolviesen, lo cobrasen y listo.

Muy fácil... demasiado fácil.

Nada más llegar al mostrador, detrás de él entró una señora carirredonda, con un peinado muy cardado por arriba, con un señor que se agarraba con una mano la parte derecha de la cara, con una gran mueca de dolor.

Inspiró hondo y se tranquilizó, no pasaba nada.

Entonces y antes de que saliera nadie a atenderle desde la trastienda, volvieron a sonar las campanillas de la entrada, dando paso esta vez a una mujer embarazada con un niño de la mano que no dejaba de quejarse de que le dolía mucho "la pincha" que le había puesto el "meco".

Justo en aquel instante fue cuando entre las estanterías apareció la farmacéutica, como si esperase a que hubiese al menos tres clientes para hacer menos viajes.

Ya notaba como finas perlas de sudor se formaban en sus sienes, pero se dijo a sí mismo que podía hacerlo, era fácil era muy fácil.

Armándose de todo el valor que pudo encontrar entre las partículas de su valentía que se habían dado a la fuga con la entrada de la embarazada, le pidió a la farmacéutica lo que había ido a buscar. La embarazada sonrió, la vio reflejada en el pequeño espejo que había en el mostrador.

Ya estaba hecho, ahora ella lo traería, él lo pagaría y se podría ir de allí.

Y antes de que la mujer pudiese decir nada, volvieron a tintinear las campanillas, y un nuevo cliente entró a la farmacia.

Un señor mayor que ya entraba quejándose de la enorme cola que había, y detrás, el que debía ser su amigo, puesto que trataba de tranquilizarle.

Las pequeñas gotas de sudor se convirtieron en finos hilillos, y cuando la farmacéutica le dijo que si quería una la caja de siempre o si prefería probar una nueva gama que había llegado y que estaban teniendo una gran acogida entre la gente de su edad, notó como la boca se le secaba.

El niño empezó a llorar y notaba en la nuca la respiración entrecortada del hombre del flemón, el anciano seguía protestando, ahora sobre la juventud de hoy en día que no sabía decidirse, y la madre embarazada soltó una risita.

Demasiado fácil, había creído que sería demasiado fácil.

No sabía qué decir, y sentía clavadas en él las miradas de cinco adultos mientras la farmacéutica le mostraba las dos cajas, una en cada mano diciéndole que el sabor de la nueva gama era mucho mejor por lo que a los jóvenes les resultaba mucho más agradable.

Tenía que salir de allí rápido, necesitaba aire.

Fue en el momento en el que volvieron a repicar las campanitas cuando soltó atropelladamente su respuesta, la farmacéutica le miró y le pidió disculpas, no le había oído con el ruido de la calle.

Y lo repitió a grito pelado, presa del nerviosismo, con lo que la joven que entraba en ese momento se quedó asombrada mirándole mientras la embarazada reía ya a carcajadas.

Y una vez hubo salido a toda prisa de la farmacia con su caja en la mano, le dio tiempo a oír a la mujer del cardado mientras se cerraba la puerta:
"Hay que ver la que montan los jóvenes por unas aspirinas, si llega a querer comprar condones no sé qué habría hecho".


Más en Cuentacuentos.

22 comentarios:

Isabel Burriel dijo...

Hay gente que se pone muy nerviosa para pedir cualquier cosa en un establecimiento público. Aún recuerdo el corte que me daba pedir algo a los camareros.
Menos mal que de todo se aprende...

Laura Luna dijo...

Juas, yo sí que pensaba que había pedido condones o algún laxante XDDDD Ese chico es muy tremendista XDDDDDDDDD

Me ha gustado cómo lo has contado, muy gráfico y visual^^Me he podido imaginar cada escena.

Un besote,
Mun Light Doll

Anónimo dijo...

Jajaja, �A mi no me la d�s! jeje. Iba a por condones pero le di� corte, o quiz� no se decidia entre sabor de fresa o chocolate....jiji. Besitos.

Luz de Luna

Anónimo dijo...

Je, me trague bien el anzuelo. Buen recurso el de llevar al lector a pensaren lo obvio y, ademas, en creer que le gana al escritor.
Para mi, comunes nomas, como buen veterano, soy mas tradicional: Zeppelin, Hendrix...

Un cariño desde este sur

Anónimo dijo...

Juassssss, convencido estaba desde el primer momento que eran los condones!!! Pero luego pensé...uy demasiado fácil... Carabiru me va a cambiar el final sí o sí jajajaj, pero no podía imaginar que serían unas aspirinas!! Qué tío más cortado, indeciso y nervioso mae mía!! Estoy de acuerdo con la señora carirredonda jajaja.

Y digo yo, por qué a muchas mujeres y a muchos hombres les da corte comprar condones??? A mi me daría corte no comprarlos!! jajaja por qué será!!

Besillos!

Anónimo dijo...

Jajajajaja!!! Te odioooooo!! Nunca hay manera de pillarte antes del final!! Esta vez, estaba segura de que sabía el desenlace: yo pensaba que iba a comprar condones!! Pero nada hija, que contigo no hay forma de dárselas de listilla!! ;)

Y mí, de canija, también me dolían mucho las "picas" que me ponía el "méquido" (así lo decía yo) jejeje

Mil besotes y mil aplausos wapísima!

chapete dijo...

la farmaceutica seguro que queria ponerle nervioso a proposito!!!!


chauuuuuuu

Anónimo dijo...

Cuando mi sobrino tenia unos seis años fui con el a la farmacia.

- ¿Qué es eso, Mar? - Me pregunta señalando un expositor de preservativos.

Las miradas de la gente se centraron en mí.

- Pastillas juanola -Respondí sacando balones fuera.

- No! Lo otro! eso que pone PER-SEEEERRRR-VAAA-TIII-VOS.

- Pues cuando los mayores no quieren ser papis los usan... -Traté de medio explicrle

y el chico aterriza y me suelta

- Ah! Vale! Son condones

Unknown dijo...

Hola Gracias por tu bienvenida, te felicito por tu blog, está muy bonito, espero que sigamos leyéndonos. Un besito

Darka Treake dijo...

ajajajaja

me tenías convencido de que eran condones...
estaba entendiéndole y pasándolo fatal!!

Bueno, y si eran aspirinas? cuál era el problema??
Éste tenía Fobia Social...

Divertido cuentito!

1bsito
Darka.

Nosotras mismas dijo...

Creo que tienes razón, me daría más corte comprar aspirinas que condones ;P

Saludos.

JT dijo...

Sorprender con el final, pase, estamos acostumbrados. ¡Pero mencionar claramente el final incorrecto es ya reírse en las narices del lector! :P

Cachislamar... a la próxima no me pillas. Que no que no.

Anónimo dijo...

jajajajaja
yo evito comprar, yo me quedo fuera mientras la gente los compra. es una chorrada, pero lo paso mal.
Muy bueno, me ha gustado mucho, una lectura muy llevadera, síp señor!!
besotes de fresas

Óscar Sejas dijo...

Jajajajaja. Eso mismo he pensado yo, fíjate si llegan a ser condones. Ains madre mía que palo más gordo para el chaval jajajaja.

Me has hecho sonreír mucho con la historia y casi me sentía yo frustrado por el pobre chaval y sí, lo reconozco me engañaste, pensé que eran condones desde el principio.

¡Un abrazo enorme!

Anónimo dijo...

Es increible la variedad de decisiones que hemos encontrado de una misma frase.. es genial!
a mi me da apuro todavía pedir en la farmacia cierto tipo de cosas...

Un beso gordo.

Anónimo dijo...

Yo tampoco trago lo de la aspirina. Seguro que estuvo un rato para ver si veía al farmacéutico y como no llegó, se agarró a lo clásico.
tampoco entiendo ese miedo a comprar condones o artilugios varios.
Has contado la historia igualita que la que viví no hace mucho, pero en vivo y en directo. Enhorabuena.
Un abrazo.

Pedro dijo...

Jajajajajja Pues yo pensaba qu sería algo peor incluso que los condones, solo estab esperando a que tu me lo desvelaras ;D

De todos modos las farmacias tienen la facultad de poner neviosa a mucha gente.

Klover dijo...

como nos has engañado! ^^ Un cuento muy divertido...aunque sigo sin entender al prota, supongo que tendría "tiendafobia"...

Hasta la próxima!

Pugliesino dijo...

Enhorabuena por una escena genial y muy bien narrada! Tarde llego, culpa de un mes que afortunadamente pronto le diré chauuu que comienzan las vacaciones!!:) Pero aquí me tienes de nuevo y de nuevo esperando al final para desvelar los misterios de tus relatos, aunque como apunta la sra ya me hacía una idea de que podían ser aspirinas :)
La descripción de los personajes,el ambiente que se iba creando en la farmacia,una historia muy bien contada.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

jajajajajjajajajaja.... hasta pense en un momento que era viagra (viene de distintos sabores??? pense)

buenisimo, como siempre

sevemos

Miss Lawliet dijo...

Yo sigo pensando que lo que queria eran condones pero que le dio corte y por eso dijo aspirinas... jejeje

Muy bueno el cuento, me he reido mucho.

Patri dijo...

Jajajajajaja, genial tía,. ha sido genial. ^_^

Besotessssssssssss