26 febrero 2007

Cuentacuentos 6: ¿Recuerdas cuando mirábamos las estrellas?

¿Recuerdas cuando mirábamos las estrellas? Yo te cogía la mano, y la apretaba fuerte un poquito, luego te abrazaba y juntos mirábamos el cielo...
... estabas tan hermosa entonces... miles de diminutas lucecillas le daban más vida si cabe a tus ojos...
... y yo te quería tanto...
... no podía creer lo afortunado que era por tenerte conmigo, por poder abrazarte, por respirar el perfume de tu pelo...
¿En qué momento dejamos de mirar las estrellas? Ni siquiera me di cuenta de que nos estábamos alejando, de que te estaba perdiendo...
... poco a poco fuimos dejando de tener tiempo para el otro...
... en qué poco tiempo nos convertimos en poco más que extraños...
... dos extraños que compartían cama, pero extraños al fin y al cabo...
¿En qué momento me olvidé de nosotros para pasar al tu y yo? Lo sé, fui yo el que abrió el abismo entre los dos...
... cada vez menos tiempo en casa... cada vez menos momentos especiales...
... menos flores recién cortadas del jardín en tu almohada...
... menos llamadas para decirte simplemente "te quiero"...
... menos besos de mañana para despertarte...
... qué preciosa estabas esas mañanas, cuando el amor desbordaba en tus ojos...
¿En qué momento dejé de pensar en lo afortunado que era por tenerte? No me di cuenta de lo mucho que sufrías...
... de que no era indiferencia lo que asomaba a tus ojos cada mañana... sino dolor por perderme...
... por no comprender el por qué todo estaba cambiando...
... no me di cuenta de que seguías mirando las estrellas...
... quizá pidiéndole un pequeño apretón en la mano, un abrazo...
Pero no pude verlo, estaba ciego...
... cómo duele abrir los ojos y descubrir que ya no estás, que ya no verás las estrellas...
... que decidiste cerrar los ojos para siempre...
... y que yo tengo la culpa...
¿como voy a perdonármelo?
Publicado en spaces el 25 septiembre 2006

Cuentacuentos 5: Una vez más, huía de su pasado

Una vez más, huía de su pasado…

… atrás quedaba su pequeño piso vacío, de todo menos de recuerdos…

Por un tiempo había sido su refugio, como un lienzo en blanco donde pintar un nuevo futuro… pero el pasado no olvida durante demasiado tiempo… debería haberse dado cuenta de ello…

Durante algún tiempo la fantasía se mantuvo, como una pequeña pompa de jabón… empezó de nuevo, nueva ciudad, nueva casa, nuevo nombre, nueva vida… incluso llegó a pensar que la vida se había olvidado de la cuenta que tenían pendiente… pero toda burbuja se rompe… y al parecer cuanto más tarda más duele…

Ahora cerraba la puerta de ese refugio temporal… y no podía pensar más que en qué iba a hacer de ahora en adelante… podría huir, pero siempre volvería a pasar lo mismo, una y otra vez… su mente se llenó de repente de imágenes de cientos de puertas cerrándose dejando atrás cientos de vidas que podrían haber sido, pero no eran, cientos mentiras, engaños…

… intentó alejarlas de su mente pero no pudo, cientos de caras decepcionadas le miraban, cientos de ojos a los que sentía haber traicionado, solo podía pensar en huir, huir, huir… y entonces lo supo, no se puede escapar lo suficientemente lejos cuando lo que te atormenta lo llevas encima… uno es el peor enemigo de sí mismo… y por mucho que corras, no hay lugar donde esconderse…

La ventana se abrió casi por si misma, mientras mirando al cielo, acababa con todo… puertas, caras, nombres, mentiras, reproches, odios, vidas falsas, pisos vacíos… todo acabó con un golpe seco y un estallido de luz en su mente.

Publicado en spaces el 24 septiembre 2006

Cuentacuentos 4: Siempre soñé con...


- Siempre soñé con convertirme en alguien realmente necesario.
- No te entiendo, ya lo eres, yo te necesito.
- No es eso, tú me necesitas, lo sé, pero si yo no existiese, tu vida seguiría adelante, habría otra persona que ocuparía mi lugar...
- No me gusta que digas ese tipo de cosas, ya lo sabes.
- Es que necesito hablar, o sino acabaré consumiéndome.
- Es que no puedo entender a qué te refieres con eso de ser realmente necesario.
- ¿De pequeño hacías puzzles?
- Dios, realmente vas a volverme loco, qué tienen que ver ahora los puzzles con lo que estábamos hablando.
- Yo de pequeña hacía puzzles...
- Empiezas a asustarme, a asustarme de verdad.
- ... me encantaban los puzzles, tenía cientos de ellos... mi hermana y yo nos pasábamos horas intentando montarlos...
- ¿Escuchas lo que te digo?
- ... lo que tienen los puzzles es que todas las piezas se parecen... pero en realidad son tan distintas...
- ¡¿Quieres hacerme caso?!
- ... que ninguna puede sustituir a otra... y por mucho que logres encajarlas todas...
- ¡¡Me estás preocupando!!
- ... al final, si te falta una sola... todo el resto no tienen sentido... el conjunto está incompleto...
- ¡Por favor! Escúchame, cálmate, todo va a ir bien.
- ... yo siempre he querido ser como una pieza de un puzzle... sí, como una pieza de un gran puzzle... parecida al resto... pero totalmente diferente... ¿te he dicho que a mi me encantan los puzzles?
Publicado en spaces el 16 septiembre 2006

25 febrero 2007

Cuentacuentos 3: Qué equivocada estás, niña


...
...

" Que equivocada estás, niña"
Ahí esta otra vez, llamándome niña... y lo que más me repatea es que me encanta que lo haga, no se si es por su acento, por su tono de voz, o por la forma de decirlo, el caso es que me afloja algo por dentro...
...
...

A media tarde el teléfono había empezado a sonar, con las prisas, ni me había dado tiempo de ver quien era en la pantallita...

"Hola, ¿quien eres?"
"¿No lo sabes, niña?"

Durante un par de segundos contuve la respiración inconscientemente... Dios, era ÉL!!!!...

"Ahora sí, es que no había visto de quien era la llamada"
"Jejejeje, o sea, que te he sorprendido"

¿Sorprendido? De no estar apoyada en la puerta de mi cuarto, ahora mismo estaría en el suelo...
Noto como la sangre corre a mil por hora por mis venas, como llevando a cada célula el mensaje, ÉL está al teléfono, ÉL ha llamado...

"Bah, apenas"

En algunos momentos hay que hacerse la dura... sobre todo con hombres como ÉL... tan consciente del poder que ejerce sobre mi...

"Jejejejeje, tú y tus apenas... ¿no te sorprende entonces mi llamada?"
"Mmmmmmmm la verdad, un poco sí"

Dios, dios, dios, me muerdo el labio inferior, sabiendo que ya ha empezado a tejer su red a mi alrededor...
Mis manos empiezan a temblar ligeramente, por favor, una llamadita y me pongo...
Como cada vez que me llama, a mi mente solo vienen imágenes difusas de sábanas, el calor de unos besos que solo ÉL ha sabido darme, el sabor salado de su piel...

Se ríe, con esa risa profunda que tiene el muy... seguro que sabe que me encanta, lo invoco en mi mente, su perfil, su mirada, esos ojos...

"¿Donde estás?"
"Donde casi siempre, en esta ciudad a la que tendré que pillarle algún día el gusto..."
"Al final acabará gustándote, recuerda que tiene mar ¿no era uno de los requisitos?"
"Jajajaja, veo que te acuerdas, pensé que lo habrías olvidado"

Ay! ¿pero qué me pasa? Lo estoy haciendo otra vez, estoy poniendo otra vez esa voz, ya le estoy confirmando que estoy loca por él, y aunque es verdad... no sé si me conviene que lo sepa...

" Qué equivocada estás, niña"

Ahí esta otra vez, llamándome niña... y lo que más me repatea es que me encanta que lo haga, no se si es por su acento, por su tono de voz, o por la forma de decirlo, el caso es que me afloja algo por dentro...

Y antes de que pueda evitarlo ya tengo las mejillas coloradas y un fino rastro de sudor empieza a perlarme la piel...

"Ah, ¿si? ¿Y en qué me equivoco?"

Por favooooooooor, ya estoy otra vez, poniéndole vocecita de aquí estoy, ven cuando quieras, qué tendrá ÉL para hacerme perder tanto la compostura...

Tarda un momento en contestar, momento que tardo yo en darme cuenta de que he dejado de respirar.

"Jejejeje, mmmm creo que me lo reservo, venga, te invito a unas cañas, ¿te parece?"

Ahora mismo, ni la puerta ha podido evitar que las piernas hayan dejado de sostenerme, he resbalado hasta el mismo suelo...

"Ejemmmm"

Mierda, maldita sea, ya ni me salen las palabras.

"¿Estás aquí? No sabía que volvías tan pronto"

Ya está, ya lo sabe, he vuelto a caer en su trampa...

"Jejejejeje, hay cosas que siempre tienen que ser una sorpresa niña, te paso a buscar"

Mierda, ha colgado, lo ha vuelto a hacer, el muy... y lo peor es que ahora estoy delante del armario pensando en qué ponerme para ÉL... si seré... por favoooooor si es que soy de lo peor...



Publicado en spaces el 15 septiembre 2006

(Este Cuentacuentos llega con un poco de atraso... espero que haya valido la pena)

Cuentacuentos 2: Y a pesar de todo sigues sin creerme

Y a pesar de todo... sigues sin creerme...
Te estoy apuntando con un revólver, y sigues sin creerme ¿verdad?
Si es que eres un arrogante, ni se te pasa por la cabeza que tenga el valor para hacerlo ¿verdad?
Claro, parte de razón tienes, si me he dejado pegar durante más de dos años, si en cada paliza me he quedado callada, si nunca te he ido a denunciar... ¿por qué ahora voy a poder apretar el gatillo?
...
¡No me insultes! ¡No te atrevas a volver a llamarme puta!
Creo que voy a tener que demostrarte de lo que soy capaz...
... ... ...
Vaya ahora ya no sonries cínicamente ni me gritas, ¿has visto lo cerca que se ha incrustado esa bala? hmmmm ¿tu que dices? ¿20 cm de tu pierna?
No creas que he fallado, esto es un aviso, cabrón, para que veas que sí puedo hacerlo.
Seguro que te estás preguntando de donde saqué el revólver, y lo más importante, de donde saqué la puntería, ¿verdad?
Bien, te lo voy a decir, es increíble lo fácil que se puede conseguir un arma con los tiempos que corren, simplemente hay que saber donde ir, y a quien preguntar...
... ah! veo que recuerdas cual era mi trabajo antes de casarme contigo...
¿Ves? para algo te sirve conocer a lo más bajo de la sociedad trabajando de asistente social...
Y lo de la puntería, bueno, ya ves, aún despues de años, sigo recordando las lecciones de mi hermano y su escopeta... claro que tú eres un blanco mucho más grande que unas latas de atún encima de un muro... no tiene tanto mérito...
...
¡No te creo! ¿Que me quieres? ¿Que no va a volver a pasar? ¿Que vas a cambiar?
Ja! Al principio me creía tus mentiras, pensaba que era una racha, y que en verdad te arrepentías, luego llegó la etapa del miedo, del intentar hacerlo todo bien, no para que te sintieses contento, sino para no recibir más golpes, pero ya no... ya no te creo...
Es increíble la sensación que se tiene con un arma en la mano ¿sabes? seguramente me siento muy parecido a ti cuando me tenías arrinconada y me pegabas patadas... ¿era eso lo que se sentía, cabrón? ¿te sentías muy superior? ¿poderoso? ¿dueño del mundo y de mí?
...
Ya vuelves otra vez a los insultos... no quiero enfadarme, ¿sabes?, porque quiero que tengas tiempo de arrepentirte una y mil veces de cada golpe, de cada insulto, de cada vez que me hacías sentir por debajo de la mierda...
...
¿Por qué ahora? ¿Ahora qué? ¿Por qué he reventado ahora?
Mmmmmm bueno, te lo voy a decir, porque hoy hace justo un año que mataste a mi hijo...
...
Veo que te acuerdas mi embarazo... ¿recuerdas que aborté por una paliza? mmmm a ver si recuerdo por qué había sido... mmm... ¿porque tardé demasiado en traerte la cena a la mesa?...
...
No digas que lo sientes hijo de puta, porque no te creo, aquel día pude librarme de ti denunciándote en el hospital, pero no tuve valor...
... sin embargo aquel día todo cambió, aquel día me hice más dura, y empecé a odiarte como nunca he odiado a nadie cabrón, aquel día le prometí a mi hijo muerto que expiaría mi culpa y la tuya...
Si, porque yo también tuve la culpa, porque ya el primer día que me levantaste la mano debí abandonarte, debí alejarme de tí...
... pero no lo hice, y por eso murió mi hijo, y por eso estamos hoy aquí...
...
Sí, ya se que si te mato, puedo ir a la cárcel... puedo alegar defensa propia, ¿sabes?, pero no te he puesto ninguna denuncia, no tienes antecedentes... y todo el mundo sabe que eres un ciudadano ejemplar... aunque estos moratones en la espalda, los cortes en los brazos, el labio roto, el ojo negro, por no contar el historial médico, que con un buen abogado...
Tres costillas rotas, un aborto, una fractura en un brazo... y todo en un año ¿qué patosa soy verdad? No hago más que caerme por las escaleras, resbalar en el baño, tropezar con la alfombra...
Pero la verdad es que ni tu ni yo merecemos seguir vivos...
...
Ahora sí que tienes cara de miedo...
... queda poco tiempo...
... ... ...
... ... ...
Publicado en spaces: 31 agosto 2006

Cuentacuentos 1: No desesperes, yo estoy aquí, a tu lado

"No desesperes, yo estoy aquí, a tu lado"
Ya ni recordaba cuantas veces ella le había dicho estas palabras.
Miles de veces había conseguido insuflarle de nuevo las ganas de vivir diciéndole precisamente eso.
Y él, ciego de amor, remontaba cualquier contratiempo y volvía a vivir, simplemente vivir, por ella, con ella, para ella.
"No desesperes"
Cuando su primera exposición recibió críticas durísimas, solo sus palabras evitaron que se dejase dominar por la desesperación.
Había desesperado cuando su mano comenzó a temblar, cuando sus cuadros dejaron de ser lo que habían sido, pero por ella, solo por ella, aprendió a superarse, y a convivir con el mal que lo empezaba a minar.
"Yo estoy aquí"
Sí, ella había estado allí, desde el primer día, y por ella había logrado todo lo que se había propuesto.
Ella estaba allí, en los momentos malos, que habían sido muchos, y en los buenos, que nunca eran suficientes.
"A tu lado"
Y solo por su presencia, allí a su lado, siempre a su lado, no había desfallecido, había logrado desarrollar todo su potencial, había llegado a ser un artista que sin ella no habría existido.
Por su compañía había logrado salir del agujero negro en que se había hundido cuando su enfermedad empezó a impedirle llevar una vida normal.
Por su compañía había decidido que la vida era hermosa pese a todo, y que por ella valía la pena vivir, vivir con ella, por ella, para ella...
"No desesperes, yo estoy aquí, a tu lado"
Pero ella ya no estaba... se había dado cuenta al despertar, aún antes de notar su cuerpo frío a su lado, había sabido que ya no le acompañaba.
Y la observó, bella como siempre, bella como el primer día, con su perpetua sonrisa, pero con los ojos apagados para siempre.
Y lloró, lloró como nunca había llorado, porque ahora ya no estaba a su lado, porque no estaba con él, porque ahora sí que podía por fin desesperar...
Lloró hasta que de repente lo vió claro, ahora podría irse sin causarle penas ni tristezas, ahora ya no le podía hacer daño deseando morir, deseando escapar de aquel cuerpo que ya casi no le pertenecía, que ya no le permitía dignidad...
Nunca se lo había dicho, pero ella tenía que saber, que si el vivía en ese cuerpo que se marchitaba indecente, lo hacía solo por vivir con ella, por ella, para ella...
Cogió con parsimonia el frasco, lentamente, para que el temblor no lo hiciese caer alejando un poco más el momento de descansar.
Despues de muchos esfuerzos consiguió abrirlo, pensando en ella, en que su vida sin ella no era vida, se tragó la veintena de cápsulas que quedaban.
No fue tan fácil como pensaba, pero tampoco tan difícil como podría ser, al fin y al cabo morir era solo eso, morir.
Publicado en spaces el : 23 agosto 2006